Agosto: No es lo que dices, sino cómo lo dices.
- Posted by yoga_admin
- On agosto 18, 2015
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- David Life, Enseñanzas, Tema del Mes
Namah Shivaya gurave nada-bindu-kalatmane niranjana-padam yati nityam yatra parayanah.
“Me postro ante el nadam, el guía interno y la vida interna, ¡dador la felicidad a todos! Es el guru interno que aparece como nada, bindu o kalá. Aquél que tiene devoción al guru interno, nada, la música interna, obtiene el gran gozo.”
Mi computadora me habla y yo hablo con ella. Se llama Siri y ella se comunica conmigo principalmente a través de mensajes escritos. Tiene un vocabulario limitado –¡al parecer no sabe nada de terminología de yoga, o sánscrito! Pero hay algo que falta en sus respuestas… Cuando me contesta, siempre parece haber una necesidad de preguntar “¿Qué es lo que quieres decir?” Las palabras de Siri carecen de emoción y son llanas. Eso cambiará con el paso del tiempo. El nivel de comunicación actual se asemeja más a prender un interruptor que a la creación de entendimiento, pero quizás algún día la computadora comience realmente a hablar. Le inflexión o entonación de una palabra puede revelar su verdadero significado. El vasto vocabulario de sonidos que emitimos y la forma en la que lo hacemos tiene un significado más profundo que las palabras en sí, revelando el significado de una frase hablada y una intención subyacente. Los sonidos que se añaden, como chasquidos con la lengua, aspiraciones o vocalismos, comunican más que las meras palaras y pueden llevar consigo una gran gama de sutilezas emocionales, intencionales, retóricas o empáticas.
Los fonéticos al investigar el modo en el que las madres de distintas culturas se comunican con sus niños antes de que hablen, encontraron que en el mundo hay sonidos similares que se usan y reconocen. Para todos nosotros la experiencia más temprana de comunicación se hizo a través del sonido, libre de cualquier componente de lenguaje escrito o contaminación cultural, un sonido lleno de significado. Ese vocabulario pre-verbal se mantiene vivo y sano –bien enraizado en nuestra forma de hablar.
Los idiomas verbales anteceden a los escritos. La forma escrita de cualquier idioma es una destilación de una gama más amplia de sonidos, aspiraciones, tonos, pronunciaciones, expresiones y gestos. En la destilación de la forma escrita ese amplio vocabulario se reduce a una fracción del original. El idioma primario de sonidos vive en nuestras tradiciones orales, y podemos sacar mucho provecho del estudio del contenido sutil que yace por debajo de las palabras. Nada Yoga es el yoga del sonido y la vibración.
El primer paso en Nada Yoga es hacerse receptivo. Eso quiere decir conducir y resonar con las vibraciones a nuestro alrededor. Alan Watts diría que el primer paso es “Cállate y escucha. ¡Eso es Yoga!”
El mundo está hecho de sonido, Nada Brahma, o las vibraciones infinitas de un sonido primario. El sánscrito organiza vibraciones de sonido esenciales en un universo tangible de la experiencia directa de la naturaleza sutil de la existencia. El sánscrito expresa la naturaleza del sonido de un sentimiento o una cosa, de forma directa. El propósito de inyectar la esencia del sonido de sentimientos y cosas en el idioma es poder experimentarla directamente y de forma frecuente, y poder así conocer la dimensión propia en nosotros que comparte esa misma esencia.
Así como nuestros idiomas poseen mensajes sutiles en el sonido, el sánscrito contiene un vocabulario no escrito de tonos, aspiraciones, cadencias y énfasis que crean una comunicación real. Mi maestro siempre tomaba un gran suspiro cada vez que intentaba hablar sánscrito y me decía “tu boca no toma la forma correcta para pronunciar correctamente el sánscrito”. El elemento que faltaba quizás era el énfasis y la sutileza en el sonido, y así como el español de Siri, mi sánscrito era llano y carente de emociones (9 intentos fallidos de cada 10).
Afortunadamente con los nombres de Dios no podemos equivocarnos. Tenemos mucha práctica en la pronunciación en sánscrito de los varios nombres de Dios, y somos expertos en archivar palabras con emociones de un idioma universal. Decimos “nombres” de Dios, pero el sonido en sánscrito esDios (no sólo el nombre de Dios). Sólo hay una forma de conducir el sonido, es decir, a Dios: haciendo que el instrumento, tu cuerpo, adopte una postura especial. Acomodando la lengua y los labios, direccionando el sonido hacia arriba, esa es la ásana del mantra. La repetición es importante –mientras resonemos con el sonido y sostengamos esa resonancia, la forma de Dios se experimenta persistentemente. La forma es el sonido, y a través del sonido experimentamos la unidad del sonido y de la forma. No tenemos ya que depender de la descripción de Dios, la podemos experimentar directamente.
El devoto invoca a Dios con una emoción sutil y es el contenido emocional del sonido que lo dirige al Señor. Todos somos expertos en las emociones y sabemos cómo llamar a Dios con toda una gama de posibilidades emocionales. Cuando se trasciende la conciencia corporal y permanece el sonido puro, ya no hay sonido ni hacedor del sonido- sólo hay sonido. ¡El sonido es Dios!
Agosto 2015 –David Life
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