DICIEMBRE 2018: REFLEXIÓN AÑO NUEVO
- Posted by yoga_admin
- On diciembre 31, 2018
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Reflexión de fin de año: ¿Qué me llevo y qué dejo?
Se termina un año más y en estas fechas que para muchos de nosotros baja la intensidad laboral y nos dedicamos a festejar, convivir y prepararnos para un año nuevo con nuevas resoluciones y proyectos. Entre posadas y calorías extras propias a la temporada, vale la pena tomarse un momentito para reflexionar lo que nos deja este año. Dejar lo que no nos sirva y nos quite vida atrás, y llevarnos todo lo que nos llene de vida y nos permita avanzar.
Todos los grandes maestros y maestras espirituales que han caminado en este mundo nos han dejado a su forma una gran verdad: el mundo externo no es más que un reflejo de nuestro mundo interno. Seguramente lo hemos oído muchas veces, y a pesar de que suena muy bonito, llevarlo a la práctica se hace complicado por varias razones, y se me ocurren tres dignas de prestarles atención.
- Es muy duro hacerse responsable de su propia realidad.
- Tendemos a enfocarnos en lo negativo y no en las bendiciones que poseemos.
- Nos da miedo empoderarnos.
El concepto de que somos nosotros los que creamos el contenido de nuestra realidad puede ser muy intimidante, o incluso parecer un poco fantástico al inicio. En realidad, lo más fácil es pensar que todo está a merced de algún Ser Todopoderoso o fuerza externa porque entonces nos lavamos las manos, por así decirlo. Pero es importante poder tener alguna explicación que nos parezca coherente y consistente en nuestro fuero interno, para poder explicar por qué pasan las cosas en nuestro mundo y poder solucionar los problemas y adversidades que encontramos en la vida.
En la psicología analítica el concepto de “sombra” se refiere a todo aquello que no nos gusta, que no queremos ver dentro de nosotros y que inconscientemente proyectamos a nuestro alrededor. En la sabiduría popular, decimos de forma muy clara y sucinta, “de lo que te choca, te checa”. Mucho hemos hablado de esto y de cómo debemos empezar a reconocer que lo que vemos en otras personas y situaciones en la vida, es en realidad lo que no queremos ver dentro de nosotros. Y por esto se hace un hueso duro de roer. Pero la contraparte de este argumento, es que usando la misma lógica, todo lo bonito y atractivo que vemos en nuestro mundo también proviene de nosotros. Y seguramente, si somos honestos, las bendiciones que poseemos en nuestra vida por mucho superan las carencias y los obstáculos. Es como si tuviéramos un plato de un delicioso risotto y nos enfocamos en el único arrocito quemado y nos pasamos quejándonos por eso, sin poder hacerlo a un lado, y agradecer por el delicioso platillo que tenemos frente a nosotros.
Lo mismo pasa con los problemas en nuestra vida. Pongámoslos en el estante un momentito y dediquémonos a ver cuán afortunados somos… en un plano material, espiritual, físico, laboral, etc. Tenemos un sinnúmero de bendiciones que muchas veces no valoramos por estar enfrascados en nuestro drama interno, y se nos pasa la vida en una constante queja. ¡Eso no quiere decir que no honremos el dolor que alguna situación adversa nos trae, y que pretendamos que esas cosas no ocurren!
Tomemos un momento antes de fin de año para poder ver cuáles son los obstáculos recurrentes con los que te nos topamos en la vida, hagámonos responsables de ellos, y veamos que la parte emocionante de ser responsables de lo que nos ocurre… ¡es que podemos diseñar el mundo en el que queremos vivir! En el Yoga Sutra, el Maestro Patánjali nos da un consejo muy práctico: “Siéntate y determina el antídoto”. De todo aquello que veamos en las personas y situaciones que no nos gusta, simplemente empecemos a actuar de forma contraria. Ante el miedo el amor, ante el enojo la tolerancia, y así sucesivamente. Y tomemos un momento para dar gracias por todas esas personas y situaciones que son una bendición en nuestra vida. La energía de la gratitud es un bálsamo maravilloso para el alma.
Empecemos a recuperar ese poder que duró perdido por mucho tiempo, el poder de crear nuestra realidad en términos amorosos. Y así, atrevernos a soñar en dónde queremos estar… (tema del mes que viene 😉 )
¡Feliz año y muchas bendiciones!
Rafael Cervantes, diciembre 2018
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