MAYO 2018: LA RECETA PARA LA ILUMINACIÓN
- Posted by yoga_admin
- On mayo 1, 2018
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LA RECETA PARA LA ILUMINACIÓN
Satyam jñanam andandam Brahman
Taittiriya Upanishad 2.1.1
Tradicionalmente, estas palabras describen el atributo de la Realidad Última (Brahman) que es existencia pura (satyam), conciencia (jñanam) e infinito (anantam o anandam).
A mí me gusta interpretarlo como la “Receta rápida para la iluminación”. Es decir, si vivimos nuestra vida de acuerdo a satyam y fomentamos el desarrollo de jñanam, obtenemos anandam y Brahman. Veamos un poco más a detalle:
Satyam. Además de significar existencia pura, satyam quiere decir verdad. Es decir, si vivimos nuestra vida bajo la verdad, entonces vivimos una vida recta y beneficiosa. ¿Cuál sería entonces la verdad que deberíamos seguir, podrías preguntar? Si buscamos en todos los caminos espirituales, estoy seguro que tarde o temprano llegaríamos a la conclusión que la no violencia o el amor es el elemento primordial para alinear nuestras acciones, palabras y pensamientos. En el yoga, a esto se le conoce como ahinsa, la no violencia. Todas las formas de yoga comparten este fundamento. Y ya hemos dicho varias veces que esta no violencia empieza con uno(a) mismo(a). Esta aplicación práctica y poderosa la vemos en la doctrina desarrollada por Gandhi a la cual denominó satyagraha, la “insistencia de la verdad” o “fuerza de la verdad”. Gandhi acoge los principios de la no violencia tradicional (ahinsa), con la no violencia activa y la resistencia pacífica, tal como la enseñó el Maestro Jesús por ejemplo y en teorías más modernas como la desobediencia civil de Thoureau. Como practicantes de yoga, por tanto, debemos de hacer nuestro mejor esfuerzo para que la huella que dejamos al caminar sea de mutuo beneficio, tanto para nosotros como para todo nuestro entorno. Y para esto se necesita mucha fuerza y determinación, para entender y defender que estos principios con los que estamos tratando de alinearnos muchas veces ponen en tela de juicio lo que nuestro entorno familiar, religioso y cultural nos ha impuesto. Practicar yoga, a final de cuentas, es como ser un salmón en muchas cosas. Pero afortunadamente hay otros salmones que nadan junto a ti y que te inspiran y motivan a seguir nadando.
Jñanam. Significa sabiduría. Y no estamos hablando de un mero cúmulo de conocimiento técnico. La raíz jña en sánscrito se refiere a ese conocimiento que bajamos al corazón, donde podemos vivir lo que decimos que creemos. Por ejemplo, muchos de nosotros cantamos lokah samastah sukhino bhavantu, y sabemos que quiere decir “que todos los seres en todos los lugares sean felices”. Pero…¿QUÉ SE SIENTE, lokah samastah sukhino bhavantu? Sentirlo y vivirlo es haberlo bajado al corazón, y haber derivado la sabiduría que engloba. Y si fuéramos a buscar el componente de sabiduría más poderoso en los distintos caminos, también eventualmente veríamos que todos los grandes maestros han enseñado que el mundo externo que experimentamos no es más que un mero reflejo de nuestro mundo interno. Es decir, cuando juntamos esta gran verdad con el primer punto (satyam), nos damos cuenta, en palabras simples, que la experiencia de la realidad que tenemos ahora, no es más que un resultado de la forma en la que hemos tratado a los demás en el pasado. Por eso la regla de oro tan conocida por todos: trata a los demás como quieras que te traten a ti.
Anandam. Si tomamos el tercer elemento como anandam (y no anantam) entonces lo interpretamos como gozo. El haber sido creados a imagen y semejanza de Dios quiere decir justamente eso, que nuestra naturaleza es en última instancia es divina (lo que algunos llaman el Ser, con mayúscula) y trasciende esta identidad limitada y autocentrada con la que nos identificamos (el ser con minúscula). Al ser lo atacan, sufre, se enoja, se siente triste, lo abandonan, abusan de él, y se apega a las cosas buscando felicidad. El Ser, sólo ES, y es gozo infinito. En términos más prácticos, si pudiéramos ver que la vida proviene de un acto de amor milagroso que hace posible que estemos aquí, podríamos darnos cuenta que independientemente de lo que haya ocurrido en nuestra concepción, o quienes sean o no sean nuestros padres, venimos de ese impulso de amor divino que nos dio el aliento de vida. Y esa es nuestra esencia de gozo ilimitado.
Brahman. Esta naturaleza última es por definición indescriptible e inentendible a nuestra mente limitada y mundana. Cada maestro iluminado que ha pasado por este mundo pudo tener una experiencia directa de esta realidad, e hizo su mejor esfuerzo para mostrarnos un camino que nos llevara a esa experiencia. Y cada uno, de acuerdo a su contexto cultural, formación y método de enseñanza lo hizo de manera distinta, para poder acomodar a los diferentes perfiles de buscadores y practicantes espirituales. Llámese Dios, vacuidad/gozo, amor infinito, conciencia cósmica, es en última instancia acompañada de este gozo infinito, y es nuestra esencia que compartimos con todos los objetos y fenómenos del universo. Por eso es omnipresente. El ejemplo que generalmente utilizo, es ¿cómo describirías a un marciano a qué sabe el chocolate? Cada uno de nosotros dará una interpretación y definición subjetiva y diferente, pero en realidad el marciano sólo podrá saber a qué sabe hasta que lo pruebe. Y lo mismo pasa con esa esencia Divina, porque el reino de Dios está dentro de cada uno de nosotros y toca a cada uno ir a tocar sus puertas.
Rafael Cervantes, agosto 2017
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