JUNIO 2018: DE LA OSCURIDAD A LA LUZ
- Posted by yoga_admin
- On junio 5, 2018
- 0 Comments
asato mā sad gamaya,
tamaso mā jyotir gamaya,
mṛtyor mā amṛtaṃ gamaya,
Condúceme de lo irreal a lo real
Condúceme de la oscuridad a la luz
Condúceme de la muerte a la inmortalidad
Brihadaranyaka Upanishad – I.3.28
Este mantra, conocido como Pavamāna mantra, es muy conocido en la India, y describe, en forma de oración y plegaria al guru (principio de iluminación), el trayecto del alma que busca la perfección o la iluminación.
- Condúceme de lo irreal a lo real
Todas las escuelas de yoga concuerdan que la causa del sufrimiento es la ignorancia, y por ignorancia no queremos decir una falta de conocimiento técnico o académico, sino una percepción errónea de la realidad que experimentamos día a día. Es decir, nacimos condicionados y vivimos como en un tipo de letargo mental y una ilusión (a la que los hinduistas le dicen māyā) que nos hace relacionarnos con el mundo y su contenido de forma ignorante, y entonces perpetuamos el ciclo de sufrimiento al que estamos sujetos (samsara).
En nuestra cultura judeocristiana, podríamos asimilar este concepto a la idea de pecado original, cuando consideramos pecado como el significado original que el griego sugiere, la palabra hamartia, significa “errar”, o “no dar en el blanco”. Aquí también nacemos con una incapacidad de poder relacionarnos sanamente con la realidad, y nuestras percepciones son erradas o no aciertan cuando aparecen ante nosotros.
En idioma sencillo, el gran error, ilusión, o pecado original al que estamos sujetos, es pensar que el mundo viene hacia nosotros, y no de nosotros. Somos nosotros los responsables del contenido del mundo en el que vivimos. Y hemos cedido nuestro poder de creación por mucho tiempo. Al inicio la idea de retomar este poder es aterradora, pero se vuelve muy emocionante cuando uno lo contempla seriamente, ¡y más poderosa aún cuando uno la empieza a vivir y constatar en su vida diaria!
- Condúceme de la oscuridad a la luz
Hay una ley en el universo que dice que “a mayor luz, mayor oscuridad”. Es decir, cada vez que estemos dispuestos a ver más luz en nosotros, debemos estar dispuestos también a tocar más oscuridad, que es su polaridad opuesta. El gran terapeuta y fundador de la psicología analítica, Carl Gustav Jung, dijo que “uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad… lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino”.
Es preciso dejar atrás el componente de fantasía e ingenuidad que muchas de las religiones nos han heredado. Muchas de las metáforas que usaron sólo fomentaron con el tiempo miedo, culpa, o una actitud infantil hacia la creación de la realidad. Es muy simple: todo lo bonito y agradable que vemos en nuestro mundo es un reflejo de la virtud que carga nuestro corazón, y todo lo desagradable y doloroso que vemos es un reflejo de todo aquello que todavía no hemos podido integrar en nuestro consciente. Y todo depende de la forma en la que hemos tratado a los demás en el pasado.
Es hora de tomar las riendas de la vida, madurar y echarnos un clavado a las profundidades de nuestro corazón para desenterrar las emociones, dolores y ansiedades que no hemos podido liberar, para que así pueda llegar la luz a iluminar esos recónditos lugares inexplorados.
- Condúceme de la muerte a la inmortalidad
Cuando seguimos indagando en lo que es real e irreal, también nos damos cuenta de que esta identidad compuesta por nuestra mente y nuestro cuerpo en este plano también es ilusoria y no existe como pensamos que existe. Tenemos cuerpo y mente, pero somos más que ese cuerpo y esa mente. Si fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, esa divinidad ya forma parte de nosotros, y es nuestra esencia primordial y básica. Y la función de las religiones (del latín re-otra vez, ligare– unir) y del yoga (de la raíz sánscrita yuj, unir) es volver a unirnos con esa esencia divina. Sólo tenemos que quitarnos del camino para que emerja.
Rafael Cervantes, junio 2018
0 Comments