MARZO 2018: NO, GRACIAS
- Posted by yoga_admin
- On marzo 8, 2018
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NO, GRACIAS
Muchas decisiones que deben ser tomadas con el sentir se toman con el pensar,
y muchas que deben de ser tomadas con el pensar, con el sentir.
Proverbio inglés
Invariablemente todos nosotros hemos estado en situaciones en las que no hemos podido decir que no. Nos vamos quedando atrapados en trabajos, relaciones y situaciones en las que en realidad no queremos quedarnos, y poco a poco vamos generando mucha frustración y mucha ansiedad que va quedándose enfrascada.
Hay muchos factores que nos tienen atascados en este tipo de situaciones, aquí sólo menciono algunos importantes:
- Pena/vergüenza. ¿Cuántas veces te han invitado a un lugar o reunión a la que no quieres ir, y terminas yendo por pena a que la persona se moleste, se sienta o se enoje? Inventas cuentos chinos, o simplemente con una sonrisa fingida dices “gracias, ahí estaré”, pero en el fondo no quieres ir. La razón por la que no quieras no es lo importante, si no el hecho de no poder decir, “no, gracias”.
- Culpa. En occidente, hemos heredado culturalmente un gran veneno que ha contaminado nuestra mente y nuestro corazón por mucho tiempo. Pensar que terminar una relación o abandonar una situación que nos es pesada va a ocasionar daño a otros, y que tenemos que seguir cargando esa carga para sacrificarnos por los demás, es una estrategia contraproducente a largo plazo. Nosotros podemos controlar la motivación con la que actuamos, e idealmente la queremos alinear con el amor, pero los procesos que las personas involucradas en la situación viven tienen que ver más con su proceso de crecimiento de alma, no con lo que tú decidas o no hacer. A la culpa y su veneno, dile “no, gracias”.
- Miedo. Ser diferente y romper el molde de lo que consideramos “normal” puede ser aterrador. ¿Qué pasa cuando tus preferencias (de estudios, laborales, sexuales, de vestir, de actuar, etc) son distintas a las que te impone tu religión, tu familia, tu cultura o tu sociedad? El miedo a ser expulsado de algún grupo al que pertenecemos y dejar de pertenecer nos puede dejar estancados o creando falsas lealtades a diferentes miembros. Es aterrador sentir que no tenemos en dónde apoyarnos, o alguien que nos acepte tal y como somos. En última instancia, requiere mucho valor para poder “salir del clóset” de aquello que te tiene atrapado(a) y que no puedes hacer público o expresarlo a quién se lo tengas que decir. Cuando vas haciendo las paces contigo mismo(a), y a medida que vas trabajando en ti, te vuelves una persona “in-dependiente”, que depende del interior, y no del exterior. Al miedo que te paraliza y te obstaculiza, dile “no, gracias”.
- El “¿Qué dirán?”. Esta está vinculada al punto anterior. Vivimos bajo una intensa presión social que dicta la forma en la que nuestro cuerpo debe lucir, cómo debemos vestirnos, qué productos debemos consumir y cómo actuar. La presión social para aparentar y conformarnos a estar reglas es dura. Una vez más, cuando logras volverte a armar desde un espacio de aceptación y amor propio, encuentras un ancla que te permite estar firme e independientemente de lo que pase afuera. A final de cuentas estas situaciones terminan siendo filtros muy valiosos, para quedarnos con la gente que realmente nos quiere tal cual somos. A los chismes, la opinión de otros y lo que los demás piensen, diles “no, gracias”.
- Pensar que somos indispensables. Es duro confrontarse con el hecho de que la empresa en la que trabajas, tu familia y el mundo seguirán adelante si tú no continúas ahí con ellos. Nadie es indispensable en la vida, y nosotros no somos la excepción. La vida continúa con y sin nosotros, y muchas veces pensamos que si no soltamos el tema o relación que tengamos que trabajar todo colapsará. ¡Atrévete a ser sorprendido(a)! A todo aquello que te impida ser tú mismo(a), dile “no, gracias”.
Intenta este mes, y de aquí en adelante, de ir cosechando el hábito de identificar todo este tipo de situaciones que en lugar de que te sumen y te den vida, te resten y te quiten fuerza. Aprende a fomentar el hábito -empezando con cosas pequeñitas para que se vaya fortaleciendo- de incorporar este poderoso mantra en tu vida: “No, gracias”. Y empieza a sacarte peso de encima para que cada vez seas más libre y contento(a). Eso, a final de cuentas es a lo que vinimos a este mundo.
Rafael Cervantes, marzo 2018
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