MAYO: FIJA TU ATENCIÓN EN MÍ
- Posted by yoga_admin
- On mayo 13, 2017
- 0 Comments
mayyeva mana adhatsva
mayi buddhim niveshaya
nivasishyasi mayyeva
ata urdhvam na samshaya
Tan sólo fija la mente en Mí, la Suprema Personalidad de Dios, y ocupa toda tu inteligencia en Mí. Así, siempre vivirás conmigo, sin ninguna duda.
Bhagavad Gita, 12.8
En esta línea que proviene de uno de los clásicos espirituales de la humanidad, la Bhagavad Gita (literalmente la Canción de Dios, Gita se pronuncia Guita), que consiste en un largo diálogo entre Krishna (Dios) y Arjuna, un atormentado guerrero confundido entre su deber y su duda. En este capítulo Krishna habla del bhakti yoga, el yoga de la devoción como uno de los caminos más eficientes y rápidos para alcanzar a Dios.
Empecemos con aclarar que Dios no es ni una persona, ni ningún señor de barba blanca, ni cosa por el estilo. Dios es la naturaleza última de las cosas, la expresión más elevada de la divinidad, la vibración más alta del Universo, que es amor incondicional y gozo supremo. Encuentra la definición que te haga sentir en paz. Y como tal, Dios es incomprensible, indescriptible y escapa a cualquier intento de definición. Es por eso quizás que en la tradición Judía, se escribe atinadamente siempre D-os, para recordarnos que es algo que no podemos entender en su totalidad con nuestro razonamiento o parámetros de esta dimensión.
Dios es omnipresente en el sentido de que al ser la naturaleza última, ya está dentro de cada uno de nosotros, y de todos los fenómenos que conforman al Universo. O sea que Dios ya vive en ti, es tu Ser, y nuestra personalidad auto centrada, nuestro ser (nótese diferencia entre Ser y ser), nos hace quedarnos enfrascados en esa visión limitada y pasar de largo el otro, y no lo vemos. Al ser le da miedo, lo abandonan, lo hieren, le da envidia, enojo, etc. El Ser, solo ES.
Todos los grandes Maestros que caminaron y caminan en la Tierra, pudieron entrar en comunión, probaron, o vieron directamente lo que era Dios. Estos verbos ilustran la experiencia de forma relativa, porque en ese estado, ni pruebas, ni ves, sino que tu mente está absorta al 100% en Dios. Un ejemplo que pongo con frecuencia en clase, es el siguiente: imagina que tienes que explicarle a un marciano qué es el chocolate. Dependiendo de tu personalidad y herramientas, quizás si eres muy mental, harás un ensayo de lo que es el chocolate. O si eres químico, presentas un análisis de los ingredientes. O si eres más romántica y literaria, creas una Oda al Chocolate. O quizás lo expresas con una danza. Todas estas aproximaciones ayudan, pero el marciano nunca sabrá en realidad que es un chocolate hasta que lo pruebe él mismo.
Desgraciadamente la tarea de alcanzar a Dios es personal, nadie más lo puede hacer por ti. Lo único que estos grandes maestros pueden hacer, es enseñarnos con su ejemplo, y dependiendo de su estilo, contexto político, religioso y social, darnos pautas para poder acercarnos. Pero ellos ya están ahí, ya lo probaron el chocolate, y nunca más lo olvidan y lo dejan de probar. Por eso Jesús decía, “Mi Padre y Yo somos Uno”. En el Yoga Sutra, el Maestro Patánjali dice Íshvara Pranidhana (I.23): Si rindes tu identidad a Dios, alcanzarás la identidad de Dios. Mi maestra Sharon Gannon dice que ese es el Yoga de un paso, que si tienes suficiente virtud, es todo lo que necesitas saber.
Con devoción, todo lo que haces, piensas y dices, es una ofrenda a Dios, tus acciones, palabras y pensamientos te acercan a Dios, para que eventualmente con práctica, devoción y sabiduría, te fundas finalmente en esa divinidad, trascendiendo esa identidad auto centrada que dicta nuestra existencia por ahora.
Ahora bien, una idea errada o mal usada de Dios, puede dejarte pensando que Dios siempre será algo inalcanzable y que uno al estar sucio o imperfecto, nunca podrá llegar a ese estado, quizás acercarme un poco o caerle bien para que me ayude. ¿Cómo alcanzarías a Dios si de entrada no te crees digna o digno de ser Dios? Eso es un problema muy serio. En la Biblia nos dijeron que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, ¡no dijeron que somos versiones mal hechas o copias piratas de Dios!
La palabra namasté, muy popular en estos días en el medio de Yoga, quiere decir literalmente, “la divinidad en Mí, reconoce la divinidad en Ti”. Los mayas tienen el mismo concepto con la frase In lak’ech. Si no la vemos en nosotros mismos, ¿cómo poder verla en los demás entonces? El mundo vive atrapado en el yo-yo, todos buscamos reconocimiento, fortuna, fama, o ganancia y si eso implica dañar a otro, pocas veces los tomamos en cuenta. En el modelo de los chakras, estamos atrapados en la visión del chakra 3 (plexo solar) donde se forma la identidad mundana. En el chakra 6 (entrecejo), reside tu Yo Divino, libre de apegos miedos, e ignorancia. Notemos cómo necesitamos pasar por el amor, la apertura de corazón (chakra 4) para poder llegar ahí.
Haz un esfuerzo este mes de realmente considerar que Dios ya vive en ti, que esa divinidad es tu esencia, que ya mora en ti. Haz una ofrenda de todas tus acciones y esfuerzos a Dios (recuerda que si esta palabra no funciona para ti, usa la que te haga sentir bien), así poco a poco trascendemos el yo-yo, y vamos abriendo el corazón hacia Dios. Toma unos minutos cada día para con la espalda erguida, meditar y fijar tu atención en el entrecejo, y visualizando una luz de color índigo, SENTIR que Dios ya está en Ti. Dicen por ahí, que la fe mueve montañas…
Rafael Cervantes, mayo 2017
0 Comments