• Nosotros
    • Acerca
      • Linajes
      • Filosofía
      • Fundador
  • Formaciones
    • Yoga
      • Adva 200
      • Adva 350
      • Adva 500
    • Bienestar
      • Integración ADVAnzada del Ser (IAS)
      • Sonoterapia
      • CLASES EN LÍNEA
  • Retiros
  • Talleres
  • Centro Adva Mty
    • CAM
      • Clases Adva
      • Profesores
      • Horarios
      • Terapias
  • Tema del mes
  • Maestros
  • Contacto
  • Descargables
    • Bindu
    • Meditaciones guiadas
  • Nosotros
    • Acerca
      • Linajes
      • Filosofía
      • Fundador
  • Formaciones
    • Yoga
      • Adva 200
      • Adva 350
      • Adva 500
    • Bienestar
      • Integración ADVAnzada del Ser (IAS)
      • Sonoterapia
      • CLASES EN LÍNEA
  • Retiros
  • Talleres
  • Centro Adva Mty
    • CAM
      • Clases Adva
      • Profesores
      • Horarios
      • Terapias
  • Tema del mes
  • Maestros
  • Contacto
  • Descargables
    • Bindu
    • Meditaciones guiadas

NOVIEMBRE 2018: LA PRÁCTICA

  • Posted by yoga_admin
  • On noviembre 5, 2018
  • 0 Comments

La práctica

Sa tu dirgha kala nairantarya sat kara asevito dirdha bhumih

 

Deberás cultivar tu práctica por un tiempo prolongado, deber ser estable, sin brechas, y tendrá que llevarse a cabo correctamente. Así establecerás una base firme. YSP I.14

           En este verso el Maestro Patánjali nos explica en el Yoga Sutra qué hacer cuando queremos dedicarnos de lleno a cualquier tipo de práctica, para profundizarla o eventualmente dominarla. Evidentemente Él lo hace en el contexto de yoga (y así lo veremos aquí) pero en realidad aplica a cualquier tipo de práctica.

Él destaca tres elementos principales.

  1. Dirgha kala. En sánscrito quiere decir por un “tiempo (kala) prolongado (dirgha)”. Mucha gente se desanima por ejemplo porque va a una clase de yoga, ve a algunas personas haciendo contorsiones y posturas extrañas, y al enfrentarse a su rigidez física, a salir de su zona de confort, a sus miedos o sus resistencias, deciden que en realidad no es para ellos y se van a probar otra cosa. Es muy poco probable, a menos que tengamos una conexión muy fuerte y mucho trabajo en vidas previas, que te ilumines en la primera clase: ¡a duras penas tratamos de seguir el ritmo de la clase acomodando el cuerpo, la respiración y una serie de términos en español y en sánscrito que nunca habíamos escuchado! Pero seguramente hubo algo que te hizo sentir bien, porque regresaste. Poco a poco viste como fue cambiando tu entendimiento, tu cuerpo y ahora puedes ver hacia atrás y darte cuenta de los beneficios que has recibido por llevar semanas, meses o años practicando. Con el tiempo las cosas se van acomodando y nos vamos dando cuenta de que esta es una práctica maravillosa que impacta todas las capas de tu ser: física, energética, emocional y mental. Y con el tiempo también nos damos cuenta de que el verdadero yoga se practica fuera del tapete, y que en la hora y media que pasamos ahí es como asistir a un laboratorio para poder llevarnos esa toma de conciencia a nuestra vida diaria.
  2. Nairantarya. Literalmente quiere decir “sin nada entre uno y otro”, es decir, sin brechas. Me acuerdo de que un día en clase (y en el espíritu del punto anterior), comentaba que, si nuestra práctica de yoga no había empezado a permear y generar cambios positivos en nuestra vida cotidiana, entonces algo estaba faltando… inmediatamente una alumna un poco incrédula levanta la mano y dice “la verdad es que yo llevo ya muchos meses viniendo y pues en realidad no he notado mucho”. Y entonces le pregunté que cada cuándo venía a clase. “Vengo los martes, y si puedo los sábados”. Pues eso es precisamente a lo que “sin brechas” se refiere. No podemos hacer tres clases el sábado porque no vinimos el resto de la semana, ni tampoco quiere decir que tenemos necesariamente que hacer tres horas de contorsiones intensas diariamente. En el contexto de la práctica física, es muy evidente como el dejar de practicar unos días tiene un efecto muy tangible en el cuerpo físico, notamos inmediatamente la diferencia: flexibilidad, fuerza, aguante, etc. El punto es que la continuidad nos genera una inercia que nos deja “conectados” siempre con la esencia de la práctica -la conexión con uno mismo. Y así generamos un hábito que podemos fomentar, y que nos va envolviendo en una espiral ascendente de beneficios. Y como una forma de interpretar yoga es la unión de métodos externos (ejemplo: ásanas) y métodos internos (meditación) deberíamos de estar haciendo algo por entrenar la mente también, ya que de ahí se derivan nuestras palabras y acciones.
  3. Sat kara. En sánscrito, quiere decir “bien hecha”. Se refiere a varias cosas. Primeramente, entender bien claramente cuál es el objetivo de la práctica del yoga: DEJAR DE SUFRIR. Si no tenemos una meta clara, entonces nos quedamos perdidos en el camino. Después, y para seguir en el contexto de la práctica física, poder estudiar las posturas, su correcta alineación y variaciones, para poder así aplicarlas y empezar a conectar y sentir nuestro cuerpo. Valen más unos minutos con un(a) buen(a) maestro(a) que nos haga una corrección o comentario, que leer varios libros o ver varios videos de clases de yoga. A final de cuentas, el refrán “árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza” deja muy claro este punto. Si ponemos cimientos sólidos a nuestra práctica, muy probablemente veremos resultados más rápido. En tercer lugar, hemos de asegurarnos que nuestra motivación por practicar sea adecuada: no es para tener cuadritos en el estómago, para subir fotos y recibir “likes” en posturas raras y con cara de santidad, o para alcanzar fama, reconocimiento o ganancias materiales. Es una práctica para poder conectar con nuestra esencia, y poder identificar patrones inconscientes de conducta y pensamiento que no son beneficiosos, y empezar a reemplazarlos por otros que nos conduzcan a la iluminación o estado de comunión (yoga) con la divinidad. Y que más virtuoso también que dedicarla al bienestar de todos los seres.

Intenta este mes entonces de tener presente estos elementos en tu práctica, ya sea de yoga o de cualquier otra cosa. Si ya practicas toda la semana, pero no has empezado a meditar, intenta con cinco minutos diarios. O súmale otros cinco minutos si ya meditas. Si practicas 2-3 veces a la semana, intenta probar qué pasa con un día más. Pon atención a las instrucciones de tus maestros; entra a una clase de alineación o de fundamentos (mucha gente piensa que es cero “cool” ir a esas clases), asegúrate de estar consciente de tu respiración, y de poner una intención a tu práctica y dedicar la energía y el esfuerzo de tu práctica. Y siéntate y observa….

Rafael Cervantes, noviembre 2018

 
  • La práctica

    Sa tu dirgha kala nairantarya sat kara asevito dirdha bhumih

     

    Deberás cultivar tu práctica por un tiempo prolongado, deber ser estable, sin brechas, y tendrá que llevarse a cabo correctamente. Así establecerás una base firme. YSP I.14

               En este verso el Maestro Patánjali nos explica en el Yoga Sutra qué hacer cuando queremos dedicarnos de lleno a cualquier tipo de práctica, para profundizarla o eventualmente dominarla. Evidentemente Él lo hace en el contexto de yoga (y así lo veremos aquí) pero en realidad aplica a cualquier tipo de práctica. Él destaca tres elementos principales.
    1. Dirgha kala. En sánscrito quiere decir por un “tiempo (kala) prolongado (dirgha)”. Mucha gente se desanima por ejemplo porque va a una clase de yoga, ve a algunas personas haciendo contorsiones y posturas extrañas, y al enfrentarse a su rigidez física, a salir de su zona de confort, a sus miedos o sus resistencias, deciden que en realidad no es para ellos y se van a probar otra cosa. Es muy poco probable, a menos que tengamos una conexión muy fuerte y mucho trabajo en vidas previas, que te ilumines en la primera clase: ¡a duras penas tratamos de seguir el ritmo de la clase acomodando el cuerpo, la respiración y una serie de términos en español y en sánscrito que nunca habíamos escuchado! Pero seguramente hubo algo que te hizo sentir bien, porque regresaste. Poco a poco viste como fue cambiando tu entendimiento, tu cuerpo y ahora puedes ver hacia atrás y darte cuenta de los beneficios que has recibido por llevar semanas, meses o años practicando. Con el tiempo las cosas se van acomodando y nos vamos dando cuenta de que esta es una práctica maravillosa que impacta todas las capas de tu ser: física, energética, emocional y mental. Y con el tiempo también nos damos cuenta de que el verdadero yoga se practica fuera del tapete, y que en la hora y media que pasamos ahí es como asistir a un laboratorio para poder llevarnos esa toma de conciencia a nuestra vida diaria.
    2. Nairantarya. Literalmente quiere decir “sin nada entre uno y otro”, es decir, sin brechas. Me acuerdo de que un día en clase (y en el espíritu del punto anterior), comentaba que, si nuestra práctica de yoga no había empezado a permear y generar cambios positivos en nuestra vida cotidiana, entonces algo estaba faltando… inmediatamente una alumna un poco incrédula levanta la mano y dice “la verdad es que yo llevo ya muchos meses viniendo y pues en realidad no he notado mucho”. Y entonces le pregunté que cada cuándo venía a clase. “Vengo los martes, y si puedo los sábados”. Pues eso es precisamente a lo que “sin brechas” se refiere. No podemos hacer tres clases el sábado porque no vinimos el resto de la semana, ni tampoco quiere decir que tenemos necesariamente que hacer tres horas de contorsiones intensas diariamente. En el contexto de la práctica física, es muy evidente como el dejar de practicar unos días tiene un efecto muy tangible en el cuerpo físico, notamos inmediatamente la diferencia: flexibilidad, fuerza, aguante, etc. El punto es que la continuidad nos genera una inercia que nos deja “conectados” siempre con la esencia de la práctica -la conexión con uno mismo. Y así generamos un hábito que podemos fomentar, y que nos va envolviendo en una espiral ascendente de beneficios. Y como una forma de interpretar yoga es la unión de métodos externos (ejemplo: ásanas) y métodos internos (meditación) deberíamos de estar haciendo algo por entrenar la mente también, ya que de ahí se derivan nuestras palabras y acciones.
    3. Sat kara. En sánscrito, quiere decir “bien hecha”. Se refiere a varias cosas. Primeramente, entender bien claramente cuál es el objetivo de la práctica del yoga: DEJAR DE SUFRIR. Si no tenemos una meta clara, entonces nos quedamos perdidos en el camino. Después, y para seguir en el contexto de la práctica física, poder estudiar las posturas, su correcta alineación y variaciones, para poder así aplicarlas y empezar a conectar y sentir nuestro cuerpo. Valen más unos minutos con un(a) buen(a) maestro(a) que nos haga una corrección o comentario, que leer varios libros o ver varios videos de clases de yoga. A final de cuentas, el refrán “árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza” deja muy claro este punto. Si ponemos cimientos sólidos a nuestra práctica, muy probablemente veremos resultados más rápido. En tercer lugar, hemos de asegurarnos que nuestra motivación por practicar sea adecuada: no es para tener cuadritos en el estómago, para subir fotos y recibir “likes” en posturas raras y con cara de santidad, o para alcanzar fama, reconocimiento o ganancias materiales. Es una práctica para poder conectar con nuestra esencia, y poder identificar patrones inconscientes de conducta y pensamiento que no son beneficiosos, y empezar a reemplazarlos por otros que nos conduzcan a la iluminación o estado de comunión (yoga) con la divinidad. Y que más virtuoso también que dedicarla al bienestar de todos los seres.
    Intenta este mes entonces de tener presente estos elementos en tu práctica, ya sea de yoga o de cualquier otra cosa. Si ya practicas toda la semana, pero no has empezado a meditar, intenta con cinco minutos diarios. O súmale otros cinco minutos si ya meditas. Si practicas 2-3 veces a la semana, intenta probar qué pasa con un día más. Pon atención a las instrucciones de tus maestros; entra a una clase de alineación o de fundamentos (mucha gente piensa que es cero “cool” ir a esas clases), asegúrate de estar consciente de tu respiración, y de poner una intención a tu práctica y dedicar la energía y el esfuerzo de tu práctica. Y siéntate y observa…. Rafael Cervantes, noviembre 2018" target="_blank">

0 Comments

Leave Reply Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entradas recientes
  • RETIRO INTIMO DE SANACIÓN PERSONALIZADA (ZIPOLITE 31 AGO-4 SEPT)
  • RETIRO INTIMO DE SANACIÓN PERSONALIZADA, IXTAPA, 27 ABR – 1 MAYO 2022
  • TEMA DEL MES JULIO 2020: ¡SE CAYÓ EL TELÓN!
  • TEMA DEL MES JUNI 2020: ACTIVISMO 2.1
  • TEMA DEL MES MAYO 2020: 4-0
Comentarios recientes
  • Alba Ruth en ENERO: RECORDANDO LA BONDAD
  • Natalie rivera en Septiembre. Vida Tras Vida: Reencarnación y Yoga.
  • yoga_admin en Mayo: ¿Cuál es el significado de la vida?
  • yoga_admin en CLASES Y MATERIAL EN LINEA GRATIS
  • Ricardo Díaz en CLASES Y MATERIAL EN LINEA GRATIS
Archivos
  • junio 2022
  • febrero 2022
  • julio 2020
  • junio 2020
  • mayo 2020
  • abril 2020
  • marzo 2020
  • enero 2020
  • junio 2019
  • abril 2019
  • marzo 2019
  • febrero 2019
  • enero 2019
  • diciembre 2018
  • noviembre 2018
  • octubre 2018
  • julio 2018
  • junio 2018
  • mayo 2018
  • abril 2018
  • marzo 2018
  • febrero 2018
  • enero 2018
  • diciembre 2017
  • noviembre 2017
  • octubre 2017
  • septiembre 2017
  • agosto 2017
  • julio 2017
  • junio 2017
  • mayo 2017
  • abril 2017
  • marzo 2017
  • febrero 2017
  • enero 2017
  • noviembre 2016
  • septiembre 2016
  • agosto 2016
  • julio 2016
  • mayo 2016
  • abril 2016
  • marzo 2016
  • febrero 2016
  • enero 2016
  • diciembre 2015
  • noviembre 2015
  • octubre 2015
  • septiembre 2015
  • agosto 2015
  • junio 2015
  • mayo 2015
  • abril 2015
  • marzo 2015
  • febrero 2015
Categorías

OCTUBRE 2018: DE CRISÁLIDA A MARIPOSA

Previous thumb

DICIEMBRE 2018: REFLEXIÓN AÑO NUEVO

Next thumb
Scroll

Todos los derechos reservados Adva Yoga 2015

Sitio desarrollado por Cultura Manifiesta