Septiembre. Vida Tras Vida: Reencarnación y Yoga.
- Posted by yoga_admin
- On septiembre 9, 2015
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Sanskara-sakshat-karanat- purva-jati-jñanam
Al volcar la luz de la conciencia sobre los impulsos inconscientes,
uno conoce la existencia de sus vidas pasadas.
Yoga Sutra III:18
“El principio del ser no perece cuando el cuerpo se disuelve. El cuerpo es una manifestación del principio del Ser. El conocimiento que uno adquiere y el carácter que se forja, lo acompañarán a sus futuras vidas. Una mejor vida futura está cimentada en karmas más virtuosos en el presente y en el pasado. El nacimiento y la muerte son sólo la unión del ser individual con un organismo nuevo, y la separación con uno viejo”. –Shri Brahmananda Sarásvati
La transmigración del alma, o incluso la existencia del alma, no es una creencia que compartan todos. En la India se considera la indolencia como un resultado en la creencia en vidas pasadas, mientras que en culturas donde no hay una creencia común en la reencarnación, el resultado es un tipo de desesperación. La tendencia del alma es quedarse atrapada en un ciclo tipo Möbius, un encadenamiento de renacimientos –vida tras vida con el mismo tipo de sufrimiento y engaño. Este ciclo se llama Samsara. El alma puede liberarse de este engaño y este renacimiento al volverse consciente de sus karmas (las acciones que tomamos), deseos y apegos, y sus resultados de estos que permiten liberar al alma del Samsara. Entonces el alma puede reencarnar por elección, renunciando a la liberación y regresando a un cuerpo para poder ayudar a los demás con su sufrimiento. Esa alma que vive para liberar a otros se conoce como Jivanmukta. Es una situación nada sencilla. Cuenta una historia de un sabio que había alcanzado realizaciones y que al momento de su muerte vio un venado correr junto a su refugio. “Oh, que maravilloso y hermoso”, pensó el sabio, mientras admiraba al venado y su integración con la naturaleza. ¡Este apego ocasionó que el sabio renaciera como venado! Todo tipo de deseos y apegos a las experiencias agradables que permanecen insatisfechos vuelven a anclar al alma en la experiencia continua de esas cosas. La frase “Si tan sólo…” es una sentencia de vida.
Al momento de la muerte física es imperante recordar tu verdadera identidad. El contenido de la mente al momento de la transición impulsa al alma a su próxima vida. La forma más directa de dirigir la identidad asociada con el cuerpo físico hacia Dios, es cantar el nombre de Dios. Es buena idea cantarlo o repetirlo todo el tiempo porque en realidad ¡nunca sabemos cuándo nos vamos a morir! Cuando asesinaron a Mahatma Gandhi, las palabras finales en sus labios fueron “Ram”, su verdadera identidad. Mucha gente al experimentar ese final por sorpresa en la vida quizás sea más propensa a decir “¡C*rajo!”.
Cuando el alma reaparece en un nuevo cuerpo la mayoría de las memorias de vidas pasadas quedan borradas o permanecen escondidas. Esto no es muy beneficioso, pero recordar nuestros errores cometidos no es garantía de que no volvamos a incurrir en ellos. Los karmas (acciones) acumulados y los samskaras (impresiones, talentos o tendencias) transmigran con el alma e impactan a la nueva vida. A través de la reflexión sobre el Ser observamos la vida a través de los ojos del alma y entramos en un nuevo nivel de conciencia con respecto a nuestro karma. Podemos ser mucho más conscientes de los peligros y beneficios de nuestras tenencias, que son reveladas a través de las prácticas yóguicas.
La ley de conservación de la energía indica que la energía nunca se pierde, sólo cambia de forma. La energía que estuvo asociada a tu vida no se puede perder, si no que se transforma en otra forma de energía. La transformación continúa y la vida continúa en otra vida.
Tu alma perenne ha aparecido y reaparecido en diferentes vidas, cuerpos y épocas. En sánscrito se conoce al alma como Atman. Es el cuerpo sutil o etérico que reside en el cuerpo físico. Ha pasado a través de miles de cuerpos, lugares y épocas –incluso en otros planetas distintos a la Tierra, y cuerpos distintos al humano. Atman es tu Verdadera Identidad y es inmortal.
Si todavía no te convence todo esto, considera lo siguiente:
Si crees en la reencarnación y estás errada –no importa porque al morir termina todo.
Si crees en la reencarnación y estás en lo correcto –puedes impactar a tus vidas futuras.
Si no crees en la reencarnación y estás en lo correcto –no importa, porque al morir termina todo.
Si no crees en la reencarnación y estás errada –puedes continuar sufriendo muchas, muchas, muchas vidas.
El punto aquí no es el hecho de creer en la reencarnación. El punto aquí es continuar sufriendo por innumerables vidas, o empezar a diseñar las vidas futuras con el comportamiento del aquí y el ahora. Estas acciones virtuosas tienen un efecto inmediato en el mundo que compartimos, en esta vida.
-Septiembre 2015 – David Life
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